La virgen de las rocas es uno de los cuatros más importante de Da Vinci, aunque no el más conocido. En él se encuentran las principales características de la pintura de este autor, en él se refleja el misticismo que, en cierta forma, engloba su figura.

Ficha técnica
Autor: Da Vinci
Fecha: Hacia 1583
Ubicación: Louvre
Técnica: Oleo sobre cartón, se traslado a un lienzo en 1841
Historia
La obra pertenece a un retablo tríptico encargado por la Iglesia de San Francisco el Grande de Milán. Sin embargo, antes de entregar la obra, la misma fue vendida en secreto y Da Vinci tuvo que volver a pintarla.
Poco se sabe de la historia del retablo original, en el siglo XVII figuraba en la colección de la familia real francesa y, tras la caída de la misma, pasó a ser un bien público. En 1841 la pintura tuvo que ser trasladada a un lienzo para facilitar su conservación.
Por otro lado, la copia, de mismo nombre, se encuentra expuesta actualmente en la National Gallery de Londres, después de ser retirada de la Iglesia durante la conocida como Gran Peste de Milán y pasar de dueño en dueño.
Descripción
Es una escena religiosa en la que aparecen cuatro figuras: la Virgen, san Juan niño, el niño Jesús y un ángel.
La virgen está en primer plano en el centro, las demás figuras se sitúan en torno a ellas, formando una estructura piramidal. El niño Jesús esta a la derecha, se reconoce porque aparece con la mano en la actitud de bendecir.
La naturaleza aparece en esta obra como un fenómeno atmosférico que envuelve a los personajes. El fondo es un paisaje rocoso en el que se aplica la perspectiva aérea para mostrar una sensación de profundidad. Para ello, Leonardo utiliza tonos azulados y difumina la imagen a medida que se aleja del ojo del espectador (demostrando un amplio estudio de la teoría del color y del ojo humano). Aplicó el sfummato, técnica iniciada por él. De esta manera, Leonardo consigue dos cosas: por un lado, dota de atmósfera al espacio presentado y, por otro, representar los distintos planos que forman la composición
A pesar se la oscuridad del escenario, con el foco de luz que proyecta desde la izquierda consigue crear una escena mística. La luz es tibia y difusa, habitualmente de tono crepuscular que contribuye a dar un aire misterioso a sus pinturas.
Las cuatro cabezas colocadas en circulo, lo que introduce movilidad en una composición equilibrada. Al mismo tiempo, los gestos y las miradas establecen conexiones entre personajes.
Los tonos bajos ocupan superficies externas y los intensos espacios reducidos.
Pero, ¿por qué es importante La virgen de las rocas de Da Vinci?
La Virgen de las Rocas no es el cuadro más importante de Da Vinci pero, para mi, es el más bonito. La delicadeza con la que se miran los personajes entre sí, la mirada misteriosa del arcángel que nos invita a entrar en la historia, el dinamismo que refleja el agua del primer plano, el aéreo escenario y, sobre todo, la suavidad con la que parecen pintadas las manos.
La mayoría de los retratos renacentistas se centran únicamente en la cara de los retratados, reusando pintar el regado y las manos. Esto, tiene un significado muy simple, es muy difícil pintar manos, sin embargo Da Vinci demuestra un amplio estudio anatómico.
La verdadera belleza de este cuadro radica en la unión de todos los conocimientos de Da Vinci, en el se encuentran sus estudios de botánica, de anatomía, de la luz y del color, en él se encuentra su vida.


Resulta interesante comparar las dos imágenes y jugar a las diferencias: las manos, el aura…
Aprendes mucho de los autores si estudias la anatomía de sus manos. Además, en este cuadro en particular es muy interesante, por que en ellas se refleja parte del dinamismo de la obra, con el niño en forma de Pantocrátor.
Si ya es bonita en foto, cuando tienes la oportunidad de ver el cuadro en persona es que te deja maravillado