En Japón, muchas fiestas están relacionadas con cuentos o leyendas. Entre estas, quiero resaltar dos cuya historia me resulta conmovedora, aquellas contadas en las fiestas del Tsukimi y de Tanabata.
TSUKIMI
La fiesta del Tsukimi (月見) es el equivalente otoñal al Hanami, la contemplación de las flores de sakura. Esta fiesta se traduce como la contemplación de la luna y, aunque el periodo festival dura varios días, la noche principal es cuando la luna está más llena. Este año 2024 se celebró el 17 de septiembre. Durante la fiesta, los japoneses se reúnen bajo la luna y comen postres tradicionales como el mochi. Y en relación con la luna, los japoneses piensan que hay un conejo viviendo en ella, lo que se convirtió en el origen del siguiente cuento. Existen varias versiones, esta es una de ellas.
Cuento del Tsukimi: ¿Por qué el conejo se fue a vivir a la luna?
Hace mucho tiempo, vivian juntos en la montaña un mono, un zorro y un conejo. Un día, encontraron tirado en el suelo a un señor mayor y, preocupados, se acercaron a él.
– Señor, señor, ¿se encuentra bien?
Dijo el mono.
– Tengo … hambre …
Dijo el señor.
Escuchando esto, los tres animales decidieron ayudarlo y buscar comida. El mono era bueno trepando árboles, por lo que recolectó mucha fruta de estos. El zorro era bueno cazando, por lo que entró en el río y capturó muchos peces. Sin embargo, el pobre conejo no tenía ninguna habilidad útil para conseguir comida para el señor.
– ¿Qué hago? ¿Qué hago? Aunque hay mucha hierba rica, no creo que el señor pueda comerla.
El conejo, tras recorerse la montaña y no poder conseguir nada de comer, regresó triste junto al señor y vió que el mono y el zorro habían conseguido mucha comida. Junto al cansado señor había una montaña de fruta, y enfrente suyo se cocinaban varios pescados al fuego.
Deprimido, el conejo pensaba:
– Soy inútil, no he logrado traer nada. No puedo trepar árboles o cazar. Al menos, le ofreceré carne para comer.
Con esto y sin previo aviso, el conejo saltó al fuego. El mono y el zorro se quedaron quietos de la sorpresa, pero el señor reveló su identidad como un dios del cielo. Conmovido, sacó al conejo del fuego y restauró su forma.
– Amable conejo, tu corazón es tan puro, nadie te olvidará nunca. Por tus acciones, te permito que vayas a vivir con la luna.
Con estas palabras, el dios del cielo envió al conejo a la luna, donde vivirá a partir de entonces preparando mochi.
TANABATA
La fiesta del Tanabata (七夕) o festival de las estrellas se celebra cada año el 7 de julio y es uno de los festivales japoneses más importantes. Tiene su origen en una celebración china. En esta fiesta, se cuelgan deseos de ramas de bambú en papeles de colores llamados tanzaku y se celebra el encuentra de Orihime (Vega) y Hikoboshi (Altair), cuya historia os cuento a continuación.
Leyenda de Tanabata: Orihime y Hikoboshi
Hace mucho tiempo, a las orillas del Amanogawa (Rio del Cielo, la Via Láctea), tejía la princesa Orihime (Vega), la hija de Tentei, el Emperador Celestial. Un día, la princesa conoció a Hikoboshi (Altair), un joven pastor que llevaba a su ganado junto al Amanogawa. Ambos se enamoraron perdidamente del otro y empezaron a pasar su tiempo juntos. Tanto se divertían juntos, que comenzaron a desatender sus deberes. Orihime ya no tejía y a Hikoboshi se le escaparon las vacas, por lo que Tentei, enfadado, los castigó enviando a cada uno a un lado diferente del Amanogawa.
Desesperada por no poder ver a Hikoboshi, Orihime le suplicó a su padre, y este, conmovido, accedió a que los enamorados pudiesen verse el séptimo día del séptimo mes, siempre y cuando Orihime hubiese terminado sus trabajos. Sin embargo, el primer año que intentaron verse, se dieron cuenta de que ninguno de los dos podía cruzar el Amanogawa y que estaban destinados a verse únicamente a la distancia, pues no existía puente alguno. Orihime lloró tanto, que las grullas, preocupadas se acercaron a ver qué sucedía. Cuando comprendieron la situación, las grullas decidieron crear con sus alas un puente para que los amantes se encontrasen, y prometieron hacerlo todos los años siempre y cuando no lloviese.
Y así, todos los años Orihime y Hikoboshi esperan que en el séptimo día del séptimo mes no llueva, para poder encontrarse nuevamente.
Y estas han sido dos de los cuentos y las leyendas de Japón relacionadas con festividades. Pero no son las únicas. Si hay alguien interesado en otras historias, en este enlace tenéis 10 leyendas japonesas (entre ellas la del conejo de la luna).
Este post pertenece a una serie sobre Japón. Para saber más del país del sol naciente, consultar otros post de esta serie.
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LA TIERRA DEL SOL NACIENTE: artes tradicionales japonesas
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INTRODUCCIÓN A JAPÓN: cuentos y leyendas de Japón, Tsukimi y Tanabata
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LA TIERRA DEL SOL NACIENTE: una breve historia por el Japón del shogunato
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