La historia de Japón es muy amplia y tardaríamos mucho en resumirla entera, por lo que en este post nos centraremos en los años que abarcaron el shogunato, desde 1185 a 1868 aproximadamente.
Para empezar, ¿qué es el shogunato? El shogunato o bakufu fue una época en la cual la aristocracia militar se hizo con el control del poder en Japón. La cabeza del gobierno era el shōgun. Esta época comienza con la creación del primer shogunato por parte de Minamoto no Yoritomo en 1192 y finaliza en 1868 con la caída del shogunato Tokugawa y la restauración imperial. Principalmente, está dividida en tres períodos, los cuales resumiremos brevemente a continuación.
El período Kamakura (1185-1333)
En estos años, el shogunato convivió con la Corte Imperial de Kioto, que gobernaba el país en los períodos previos. Comenzó con la batalla naval Dan-no-ura, que marca el fin de las guerras Genpei entre las familias Taira y Minamoto por el control del poder que comenzó en 1180, así como el fin de la era Heian. El líder del clan Minamoto, vencedor de la contienda, inició una reestructuración del gobierno, dando lugar al primer shogunato, cuya capital se estableció en Kamakura, y afianzó la posición de la clase militar sobre el resto de la población.
Tras la muerte de Minamoto no Yoritomo, la familia Hojo comenzó a ganar poder, llegando a controlar el shogunato y convirtiendo a los Minamoto en un shōgun marioneta. Sin embargo, los intentos de invasión móngul a finales del siglo XIII desestabilizaron el shogunato. La falta de fondos en las arcas y el aumento del poder de la aristocracia guerrera, los samurai, provocaron el surgimiento de varias familias que fueron arrebatándole el poder a los Hojo, marcando el final del período Kamakura.
El período Muromachi (1336-1573)
Tras el final del período Kamakura, el emperador Go-Daigo intentó restaurar la Corte Imperial aniquilando a los Hojo y marcando el fin del shogunato Kamakura. Sin embargo, las acciones del emperador no agradaron a todos sus seguidores, lo que provocó que se enfrentasen a él y se nombrara en 1338 a Ashikaga Takauji como el nuevo shōgun, dando inicio al shogunato Ashikaga o Muramachi con capital en Kioto. En este período se puso fin al sistema de gobierno imperial, el shōgun se estableción como único poder del país, y la estructura del shogunato se terminó de completar.
Durante estos años, Japón prosperó cultural y económicamente, esto segundo gracias al comienzo de las negociaciones de comercio con China. Sin embargo, tras el fallecimiento del octavo shōgun, Ashikaga Yoshimasa, comenzó una descentralización del poder, que acabó en manos de los señores regionales y convirtieron el país en un territorio compuesto por unidades independientes. Aunque no fue hasta 1573 cuando Oda Nobunaga logra hacerse con el control del Japón Central, poniendo fin definitivamente al shogunato Ashikaga.
El período Tokugawa (1603-1867)
Al final del período Muramachi, Japón era un grupo de territorios controlados por los señores regionales. Es en este momento cuando surgen tres figuras que se encargarán de constituir Japón como una entidad nacional, unificando los diversos territorios. Esto les ha convertido en personajes fundamentales de la historia de Japón, tanto de la época del shogunato, como de la historia general.
Estos personajes son Oda Nobunaga, Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu. Oda Nobunaga comenzó la unificación de Japón, misión que no pudo terminar y delegó en Toyotomi Hideyoshi. Tras la batalla de Sekigahara en 1600 con la victoria de Toyotomi, comienza en 1603 el período Edo con el shōgun Tokugawa Ieyasu, quien finalizó la unificación del país.
Durante esta época, el comercio con los europeos que comenzó a mitad del siglo XVI, se congeló con la prohibición de entrada al país de extranjeros en 1636, aunque varios países siguieron intentando mantener el comercio. Desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, rusos, británicos y estadounidenses intentaron lograr la apertura de Japón, y fueron estos últimos los que lo lograron. Ante la presencia militar estadounidense, el gobierno japonés vio cuan débil eran sus defensas marítimas y que tan vulnerable era la ciudad de Edo, actual Tokio, y reabrió el país.
El fin del shogunato
Tras la firma del tratado de Kanagawa, que abría dos puertos para el comercio con Estados Unidos, el shogunato intentó mediante varias reformas mantener el poder, mientras un creciente movimiento a favor de la restauración imperial comenzaba a cobrar fuerzas. Al final, en 1868, el último shōgun de Tokugawa, Yoshinobu, entregó el castillo de Edo, y por tanto el poder, al emperador. Esto marcó el fin de la restauración imperial y del shogunato en Japón, así como el inicio de la modernización.
Este post pertenece a una serie sobre Japón. Para saber más del país del sol naciente, consultar otros post de esta serie.
-
LA TIERRA DEL SOL NACIENTE: artes tradicionales japonesas
-
INTRODUCCIÓN A JAPÓN: cuentos y leyendas de Japón, Tsukimi y Tanabata
-
LA TIERRA DEL SOL NACIENTE: una breve historia por el Japón del shogunato
Esta serie aún no tiene otros artículos escritos.
Está muy bien redacto y explicado. El tema es muy interesante.
Muchas gracias por tu comentario. Se agradece tu opinión.
Me impresiona cómo has logrado resumir varios siglos en un conciso blog y hacerlo ameno. ¡Está genial!